Pero nosotros torcimos dirección Hervás y, al poco, tomamos el desvío en dirección a Trevejo. Ascendiendo por una carreterita, a parece a la izquierda el pico donde se levanta el castillo de Trevejo. Entrar en el pueblo, me pareció invadir la intimidad de esa gente. Llegar a su placita principal me pareció entrar el el salón de sus casas. ¡Qué buena localización para haber rodado allí alguna escena de “El Señor de los Anillos”, que buen Bree sería, por ejemplo. Todo era como para unos humanos más pequeños y hermanados con el entorno. Atravesando el pueblo, se llega al castillo, desde el que hay una vista preciosa de las dehesas, los bosques y las montañas que forman el paisaje en cuyo centro, se levanta el pico de Trevejo: espero que el avance del turismo no lo haya desvirtuado, no le haya quitado esa sensación de viajar en el tiempo. Desde allí nos fuimos, pasando por Villamiel , a San Martín de Trevejo, un pueblo muy similar a Candelario, con una arquitectura también afín a la Alberca.
En las siguientes tardes, subimos a la Peña Irhal, a pie desde Cilleros. La tía Hilaria no consintió, en ningún momento, que yo la ayudara a subir o salvar las piedras, era una mujer muy orgullosa que , a sus 94 años, llegó conmigo a la cima.Mi abuela, fue más prudente y se quedó abajo. Visitamos Robledillo de Gata, que me pareció también un mundo perdido y mágico. Descubrí muchos rincones por esa zona: Santibañez el Alto, un pueblo amurallado en lo alto de un monte desde que se ve el embalse del Borbollón. ¡Qué atardeceres se ven desde allí!.
En toda la zona se pueden beber los excelentes vinos que hacen en Cilleros, Hoyos y Perales. En algunas tascas aun conservan antiguas recetas de callos, migas, lomo de cerdo…Puedo recomendar los Callos de Casa El Pina, en Cilleros. Aunque la verdad es que la zona no está muy bien provista de servicios. Puedo remitiros a un sitio de Carretera que hay entre Moraleja y Coria, cuyo nombre no recuerdo pero es fácil de encontrar, que montó allí un gallego y se come de lujo. Tabién, desde Cilleros se cruza la frontera con Portugal y se llega a Monfortinho, donde si hay varios restaurantes para comerse un buen Bacalao Dourada.
Un recuerdo que guardo con mucho cariño fue el día que volví a mi casa. Al darle dos besos a la tía Hilaria, tan severa de expresión, tan orgullosa, me miró con los ojos a punto de verter lágrimas y me dijo: yo te voy a echar mucho de menos…y se contuvo.
Adjunto unos links con fotos:http://www.foro-ciudad.com/caceres/trevejo/fotos/ y http://www.pueblos20.net/Extremadura/fotos.php?id=19371&ayuntamiento=6999&provincia=11&comunidad=11